domingo, 28 de septiembre de 2008

Anécdotas en Plaza.

Llevo un tiempo trabajando en un hotel en la plataforma logística Plaza y como aún estoy a dos trabajos ya que en el hotel me dijeron que no dejara mi trabajo habitual hasta pasar el periodo de prueba del hotel no he tenido mucho tiempo para escribir, y sí para pensar anécdotas que poco a poco seguiré escribiendo de nuevo. Y ya que estoy en el hotel, voy a contar alguna que me ha ocurrido en él.

- Al poco de estar en el hotel, una pareja que vino a ver la Expo salió algo decepcionada y vino a recepción para darme dos pases de tres días de la Expo a las que les quedaban un pase a cada una para que las usáramos el personal del hotel, ya que habían decidido ir a Teruel el domingo que era el único día que les quedaba libre, ya que les habían comentado que era una ciudad muy bonita y rápida de ver.
Yo les agradecí mucho su generosidad y contenta como estaba fui a la parte de atrás de recepción y lo comenté con unos compañeros que allí estaban, a los que les faltó tiempo para decir: "para nosotros", con lo que se las pasé. Mi intención era haber hecho un sorteo entre el personal, pero viendo la ilusión que a ellos les hacía los pases se los di, eso sí, les dije que me debían una y que al menos, me recomendaran para pasar el tiempo de prueba del hotel. No sé si lo hicieron, pero sigo aquí, así que consideraré que sí que me recomendaron para que no me dé rabia el haberles dado los pases y no haber podido ir yo gratis a la Expo...

- Hace unos días vino un señor que tenía reservadas varias noches en el hotel y cuál fue su sorpresa cuando se encontró con que no disponíamos de wi - fi siendo que en la web está anunciada. El señor se fue a pasar todo el día fuera y a conectarse a otro sitio, pues en un principio se le dijo que internet estaría con suerte, arreglada a final del día, ya que se suponía que los operarios de la compañía iban a arreglar lo del cable cortado por las obras de los accesos al hotel, pero no fue así.
Total, que el señor, que ya había ido llamando varias veces por la tarde para saber si estaba arreglada, insistió en que si no se arreglaba, puesto que él la necesitaba, tendríamos que buscarle otro hotel con el mismo precio y con inet, pero claro, en unas fechas en que los hoteles estaban llenos por una feria de la Feria de Muestras, iba a ser como que imposible.
Llamé al director para expresarle la demanda del cliente y ofreció la solución de dejarle su ordenador, que habitualmente se deja a los clientes pero sólo para usar en recepción y permitió que se lo subiera a la habitación, teniendo que devolverlo todas las mañanas cuando se fuera a trabajar el cliente. Así se lo dije al cliente la siguiente vez que llamó y cuando vino, fui a su habitación para conectarlo.
El cliente quería usar su ordenador utilizando el módem del ordenador del director, pero al no tener el programa específico para su uso no fue posible, con lo cual le conecté el ordenador del director y el señor, agradecido por el detalle, me regaló dos vales para la peluquería, uno a mi nombre y otro en blanco para que lo regalara a quien quisiera.
Tuve que subir un par de veces más a su habitación a los pocos días porque vino de nuevo a coger el ordenador pero le daba problemas la conexión y se lo arreglé un par de veces y me recordó que fuera a la peluquería del centro Plaza Imperial donde está trabajando por la inauguración esta semana, ya que la siguiente se volvía de nuevo a Francia, su país de origen, así que... esta semana me pondrán guapa :P

miércoles, 30 de abril de 2008

En el Conquistador.

...Durante la carrera de Turismo hacíamos prácticas en varios establecimientos hoteleros y a mí me tocó en el Hotel Conquistador, un hotel de 3* bastante céntrico, situado en la Calle Hernán Cortés. Estuve dos meses allí y lo cierto es que me pasaron varias cosas dignas de mención:
..-Empecé con buen pie, justo el día de mi cumpleaños, el 1 de Agosto, además, iba a ir de mañanas pero me llamaron el día anterior por si no me importaba comenzar con el turno de tarde y como no tenía objeción, acudí a las 16 h como me habían dicho. Me presenté en Recepción y al dejar a la Jefa de Recepción mi D.N.I. para que me rellenara los papeles de prácticas, la recepcionista me echó del Hotel, me dijo que no me quería ver con lo que yo me quedé parada, sorprendida. Acto seguido me dijo que era el cumpleaños de su hija y que si a ella le había dado el día libre y le había dicho que podía hacer lo que quisiera, que a mí también me lo daba y que me fuera a casa y no volviera hasta el día siguiente.
..-Una tarde, estaba de conversación con la recepcionista y me entraron ganas de orinar. La chica estaba muy habladora y contándome una anécdota que le había pasado, no dejaba de dar detalles, a mí, se me pasaron las ganas, pero con el tiempo fueron viniéndome más. Le pregunté por el servicio ya que, como hacía poco que había empezado, no sabía dónde estaba, ya que en la planta calle, donde estaba la Recepción y la Conserjería, no lo había visto. Ella me dijo que estaba en el bar, bajando las escaleras, pero continuó con su anécdota y yo, por no cortarle viendo lo animada que estaba con la conversación no quise interrumpir. Mal por mi parte, cuando ya no pude más, no pude más con lo que tuve que cruzar las piernas en un intento de controlarme y me vi obligada a bajar las escaleras casi con las piernas cruzadas...Menos mal que no entró nadie al hotel en ese rato y no había nadie en el bar salvo la camarera de turno...
..-Otra tarde, llegó un grupo de Barcelona para un campeonato de Scalextric. Uno de los del grupo, tras instalarse en su habitación, bajó a Recepción y me preguntó cómo ir a un sitio. No se dio cuenta y me preguntó en catalán. Yo le respondí en catalán también ya que, gracias al haber ido varios años de pequeña al pueblo de mi madre en Lérida, lo entiendo y lo hablo bastante bien. Al contestarle, el hombre, se dio cuenta y me pidió disculpas y le dije que no importaba. A mi compañera de recepción la anécdota no le hizo gracia porque guardaba malos recuerdos de cuando trabajó en un hotel en Lérida, pero yo no le di importancia. Aún así, el grupo debió de darse cuenta, puesto que para cualquier cosa que necesitaban, venían a mí y no a ella a pedirla y cuando les tocaba irse, me dieron propina. La compañera lo vio y me dijo que la dejara en la caja de recepción y que luego se compartía con todo el personal. Yo dije que bien, pero luego me dijo que yo no participaba en el reparto al estar allí de prácticas, con lo que llamé al señor que me la había dado ya que él estaba aún en el vestíbulo del hotel y le dije que no podía aceptar su propina. El hombre vino a preguntar el por qué mientras mi compañera preguntaba lo mismo y le dije al hombre lo mismo que me había dicho ella. Así que le pedí que se la quedara, que ya que a mí no me dejaban quedármela y no me iban a dar del reparto, no era justo que el resto del hotel participara de las propinas que yo me ganaba. El hombre, agradecido por la franqueza, recogió su dinero y mi compañera me miró muy seria pero no dijo nada...¿Le habría molestado, quizá? :P
..-No fue sólo ese señor el que se fijó en mí mientras estaba en el hotel, también lo hizo un anciano, que sempre vestía de traje y que iba al bar del hotel todos los lunes, donde se reunía un grupo aficionado a la poesía. Allí estaban toda la tarde intercambiando poemas y relatos y cada lunes, se quedaba un rato a hablar con las que estábamos en Recepción. Mi compañera me dijo que el señor nunca iba tanto por Recepción hasta que llegué yo, que me había salido un galán.. :P
..-Al menos, la chica, más adelante, se comportó mejor. Una tarde me pidió que le fuera a buscar algo para merendar y me dio dinero. Yo fui y de paso me compré algo para mí con su dinero ya que yo me había dejado el bolso en Conserjería. Al regresar se lo dije y me dijo que no se lo pagara, que me lo había ganado al haberle hecho el recado.
..-También en el hotel me gané algo más, una funda de gafas de terciopelo rojo y un frasquito de perfume, ya que una tarde vino un representante y dejó varias muestras del perfume que querían que el hotel comprara para poner en las habitaciones y preguntó el número de personal del hotel para dejar tantas muestras como hicieran falta y al ver que yo no iba de uniforme oficial y decirle que estaba de prácticas, me dijo que a mí también me daba y que le guardara una muestra a la chica de prácticas que iba por las mañanas...No fue mucho lo que saqué del hotel pero menos da una piedra ¿No?

¿Público intelectual?

...Fui con unos amigos a ver los monólogos de la Paramount en el bar "La Chatita del coro" en la Calle Hermosilla 77 un viernes por la noche. El humorista que esa noche tocó era Sergio Goya, yo no le había visto actuar nunca y temo que no me acabó de convencer aunque al resto del bar sí que pareció gustarle. De hecho, del primer monólogo, sólo tres cosas me hicieron gracia, con lo que el segundo monólogo que hizo tras una pausa para que la gente fumara o se pidiera una copa, tampoco lo cogí con muchas ganas.
...Lo curioso del monólogo fue el momento en el que se puso a hablar de las orquestas y de que esos nombres prometían fiesta en los pueblos, como "Orquesta Oasis", "Orquesta Paraíso" y un largo etcétera y acto seguido comentó si los que les ponen esos nombres son los mismos que ponen los nombres a los puticlubs de Madrid haciendo una pausa como si estuviera pensando y casi todo el mundo aplaudió a rabiar. No creo que sean los mismos los que los pongan, pero eso sí, casi todo el público de la sala conocía puticlubs con esos nombres...¡Qué entendido que era el público...!

Con mi vecina Blanca.

...Mi vecina Blanca vive en el principal, tiene una hija, llamada Penélope que tiene un año más que yo, con la que me llevo muy bien y lo cierto es que con ella también. Blanca es sorda desde que enfermó de joven, siendo por aquel entonces profesora de piano. Con ella y con su hija, me han pasado cosas curiosas y aquí relato algunas:
..- A Blanca le gusta ir a la piscina y cuando su hija se fue a estudiar a Huesca, como estaba sola en casa (puesto que estaba divorciada), solía invitarme a la piscina para hacerle compañía y de paso, me enseñaba a jugar a las cartas, sobre todo al rabino continental, que era su juego favorito.
...Más adelante, puesto que se lo pasaba bien conmigo y nos entendíamos sin problemas (ella siempre me ha dicho que como yo vocalizo bien, me lee perfectamente los labios y por ello, muchas veces, cuando tenía que llamar a alguien o dejar algún recado o se lo tenían que dar a ella, venía a nuestra casa para que fuéramos a la suya para que ella pudiera hacer alguna llamada de teléfono) acabó por invitarnos en verano a mi hermano mayor y a mí a jugar por las noches en su casa a las cartas cuando su hija venía a pasar una temporada.
...Su hija, que era bastante más revoltosa que nosotros, acabó por convencernos de hacer trampas jugando (no nos jugábamos dinero ni nada y decía que ella con su madre siempre hacía trampas y era como un juego entre ellas para ver si su madre se daba cuenta). Las trampas, básicamente consistían en pasarnos cartas por debajo de la mesa, pero claro, había que pedirlas sin apenas mover los labios y más de una vez, nos agarró alguna carta por debajo de la mesa :P
..- Otro día, me dijo que le acompañara para poner el parasol en el coche de su hija, ya que me encontró por la calle y así lo hice. Lo malo es que el coche tenía alarma y en cuanto lo abrió con las llaves de su hija, empezó a sonar una sirena y una voz metálica sonaba diciendo: "Alarma, alarma, intentan robar el coche, alarma". Yo le dije a Blanca que tenía alarma y ella, pensó que se lo estaba preguntando, a lo que dijo que sí, que el coche tenía alarma y para cuando le hice entender que no era una pregunta sino que estaba sonando la alarma, ya habían salido a la ventana de un par de clases del segundo piso del colegio varios alumnos y algún que otro profesor. Ya que el coche estaba aparcado junto al mismo. Así que me tocó expicar a los que se asomaban que era el coche de su hija, que ella era sorda y que estábamos poniendo el parasol para que el coche no se recalentara.
..-Con Penélope no me pasó ninguna anécdota, pero sí que tuve una en uno de sus cumpleaños en los que estuve invitada. Lo celebró con una merendola en un bar de Residencial Paraíso, una urbanización en pleno centro de Zaragoza que se caracterizaba por sus múltiples escaleras y rampas en su zona interna. Tras la merendola, todos los chavales que estábamos invitados, nos pusimos a jugar al pilla-pilla y fue entonces cuando descubrí cómo la gente tenía tretas para pillarse unos a los otros. En algunas zonas se consideraba que uno estaba salvado, pues bien, había algunos, que se quedaban en ellas descansando, haciendo ver que estaban sin pillar, y para cuando llegabas cansado, te daban un poco de charla, para después preguntarte, cuando te alejabas a esconderte, si te habían pillado. Obviamente decías que no y entonces, se estiraban un poco y te cogían...

El Piñazo.

...Esta anécdota ocurrió el 7 de marzo repartiendo el periódico de la Crónica de Zaragoza en la zona de San Juan de la Peña. No es que sea destacable sino curiosa, ya que, cuando estaba cargando el carro con los paquetes de periódicos que me habían dejado en la acera cerca del ambulatorio de esa zona, una piña me dio en plena testa, rebotó y cayó al suelo.
...Ese día hacía mucho viento y por ello se cayó la piña, con lo que, puesto que me hizo gracia y el golpe no fue muy duro, mandé un par de mensajes, diciendo que había sufrido un piñazo junto al ambulatorio, uno a un compi de curro y otro a mi chico, aclarando en el mismo mensaje que el piñazo era literal, esto es, golpe dado por una piña.
...Me llegó contestación a ambos mensajes, mi chico me llamó porque se había llevado un buen susto al leerlo y luego me preguntó si me había hecho daño y mi compi, me mandó un sms diciendo que eso sí que era un piñazo y lo demás tonterías y que me guardara la piña para recordar ese encuentro... pero al final, no me la quedé sino que le di una patada, que aunque daño no me hizo apenas, tampoco es que me hiciera especial ilusión.