Quiromancia.

...La entrada de la gitana me recordó otra a su vez y es la siguiente:

...Estando en un bar de la Pza. S. Fco. tomando café con mi amiga Usúa, a la cual hace mucho que no veo, se acercaron a la mesa dos amigas de su madre que yo conocía de vista y por ser también conocidas de mis padres por pasear a sus respectivos perros por el barrio.
...Se pusieron a hablar un rato con nosotras y al final les dijimos que se sentaran ya que nos era grata su compañía.
...Así lo hicieron ambas mujeres y nos pusimos a hablar un poco de todo hasta que salió lo que para mí era un tema interesante, la quiromancia, ya que Usúa me dijo que ellas sabían leer las manos.
...El hecho me sorprendió y viendo mi reacción me pidieron permiso para coger mi mano y se quedaron un rato mirándola atentamente.
...Una de ellas tomó la voz cantante y me dijo que a mí me gustaba mucho ese tema como todo aquello que tenía que ver con la magia blanca, que en parte me venía de familia, que tenía el triángulo del destino muy marcado y acto seguido me preguntaron si sabía echar las cartas o si lo hacía aunque no supiera a ciencia cierta.
...Yo les respondí que así era, que no sabía mucho pues mi abuela me enseñaba a temporadas pero que hacía bastante que ya no lo hacía y que las echaba como sabía que no era mucho.
...Me dijeron que había algo más aparte y les comenté que mi tía por parte de madre hacía rituales de magia blanca, los típicos para quitar el mal de ojo o purificar una casa y ya se quedaron más contentas.
...Y lo más curioso es que me dijeron que si aprendía más o me lanzaba, podría ponerme hasta un sitio para echar las cartas y que hasta conseguiría algún dinerillo.
...Al final, todo quedó ahí. No me vi como para ponerme en un sitio ni siquiera como para anunciarme en un bar para que la gente viniera a que les echara las cartas, pero eso sí, las veces que se las echaba a mis amigos acertaba casi siempre incluyendo cosas que había predicho hacía años.
...¿Curioso no?