El pedigüeño.

...Hace ya bastante tiempo de esta anécdota que me sucedió un día a la hora de comer cuando volvía a casa. Un hombre de apariencia árabe me paró por la calle y me dijo si le daba dinero para comer que llevaba dos días sin hacerlo. Yo le dije que no sólo eso sino que le llevaba a comer donde me dijera. Le pregunté qué es lo que quería y me dijo que lo que fuera con tal de llenar su estómago... Así que le dije que le llevaba a una bocatería para que pudiera escoger.
...Él me dijo que no era necesario, que con que le diera el dinero era suficiente, pero no me parecía bien y se lo dije, que prefería quedarme tranquila viendo que comía agusto y él, aunque reticente aceptó. Le dije que el bar estaba cerca ya que él me paró en el Paseo Fernando el Católico cerca de la Plaza S. Francisco y le llevé al Frankfurt, bocatería de toda la vida en la Calle Ram de Viu, junto al antiguo Picapiedra o vulgarmente llamado "Picatas".
...Una vez allí le dije que se mirara la lista de bocadillos y que me dijera lo que quería mientras yo hablaba con el dueño y le decía que invitaba a comer al mozo.
...Total, que a bocata que había, pega que le ponía.. que si no le gustaba tal o cual, que al ser árabe tal alimento no le estaba permitido, que si era alérgico a no sé que... y así, un sin fín de excusas para no acabar pidiendo nada.
...Al final, cansada de todo esto le dije que, si realmente lo que quería era comer, seguro que le podían hacer un bocata con los ingredientes que le gustaran y pudiera comer, ya que seguro que había alguna combinación posible.
...Me dijo que mejor que le diera el dinero de un bocadillo medio y ya comería él por su cuenta y le dije que lo sentía mucho pero que si no comía como que no le iba a dar el dinero. Yo había puesto todo de mi parte y si no le veía comer quizá es que no era para comer realmente para lo que él quería el dinero y le dije que para eso que no me hiciera perder el tiempo.
...Me despedí del dueño del bar agradeciéndole su paciencia y su ofrecimiento a hacer cualquier bocata que no estuviera en su listado, me despedí del pedigüeño y me fui.