martes, 3 de julio de 2007

Ensayos de teatro.

...Estas anécdotas se dieron haciendo teatro. Las dos primeras se dieron cuando el grupo aún era una actividad extraescolar del Colegio La Salle Gran Vía. La siguiente se dio cuando el grupo ya estaba independizado del colegio y ya estaba constituido como Asociación Cultural sin ánimo de lucro, habiendo cambiado el nombre del grupo de "Reflejos" a "Último Ensayo". En aquel entonces ensayábamos en el local del padre de una de las compañeras del grupo que nos lo dejaba bastante barato y más adelante nos cambiamos al local actual del grupo.

...La primera de ellas es muy rápida de contar. Los días previos a la actuación de final de curso nos quedábamos hasta tarde ensayando y preparando la escenografía, mirando el vestuario y similares. Un día ensayando, fui a casa a cenar con Eloy porque yo vivo muy cerca del colegio y mientras tanto mi mami me hacía un bocata para mi profesor. Volvimos al colegio a continuar con el ensayo (ya que mientras nosotros no estábamos el profesor seguía ensayando con más gente) y al acabar el ensayo, cosa de las 2 de la mañana, nos encontramos con que los curas nos habían cerrado la verja de entrada al colegio, con lo que por la puerta podíamos salir pero no pasar de la verja y todo el grupo tuvimos que pasar las mochilas al otro lado lanzándolas cual balón de volley y escalar la verja que por aquel entonces era bajita y acabada en flechas de punta y no como las de ahora que tienen una inclinación especial y son muy altas para que la gente no escale y no se clave las puntas de adorno.

...La segunda es también breve. El día de las fotos de la obra de Woyzeck yo no pude estar en la sesión de fotos, así que una copañera de reparto que tenía casi mi misma fisonomía y llevaba de vestuario lo mismo que yo tuvo que sustituirme para parecer que era yo la que salía en las fotos, ya que, casualmente, siempre le pillaban en movimiento y nunca se le veía la cara :P esta chica, Patricia, fue la que una vez ensayando una escena en que las chicas hacíamos de cuervos de mal agüero contando los años a partir de 1900 y tirando al aire cartas si se pronunciaba un año en el que había habido una guerra, clavó su carta en el techo de la habitación donde ensayábamos y por más que intentamos qutarla, no pudimos hacerlo.

...La tercera consiste en un ejercicio de teatro ya casi en verano. El profesor para recuperar clases hizo un fin de semana intensivo y el sábado por la tarde, antes de volver al local para realizar unas mini - obras basadas en poemas, nos llevó al Parque Primo de Rivera (o Parque Grande), más concretamente a la plaza Princesa o de Neptuno (por tener en mitad de dicha plaza una estatua del Dios marino rodeada de delfines) que se haya junto a la entrada principal del parque que da al paseo Fernando el católico.
...Cuando llegamos a la plaza, el profesor nos dijo que nos repartiéramos por el espacio (en este caso la plaza) y que hiciéramos directamente lo que quisiéramos individualmente, para trabajar también la expresión corporal y el miedo al ridículo, ya que había gente paseando por el parque o senatada en los bancos de la plaza.
...Yo me dediqué a jugar con un bebé que se había ido alejando de sus padres que estaban dándose el lote en uno de los bancos. El niño me ofreció su juego de piezas de plástico para meter dentro de una esfera también de plástico con las siluetas recortadas de las figuras y estuvimos un buen rato jugando a pillar también y a escondernos y buscarnos tras los árboles hasta que sus padres lo buscaron y lo vieron jugando conmigo y al poco lo llamaron y se fueron. Poco después, un gran perro lanas blanco se acercó a mí y fue saludarlo y ponerme a cuatro patas y no dejar de imitarlo. Fue muy curiosa su reacción porque al principio jugaba, pero luego, se dio cuenta de que hacía lo mismo que él porque se quedó un buen rato mirándome con cara de: ¿A esta qué le pasa?
...Al cabo de una media hora poco más, el profesor nos llamó y concentró junto a un banco y fue preguntando qué habíamos hecho. Eloy se había puesto a bailar jotas, María se había descalzado y lavado los pies y las axilas en la fuente, Guillermo se había subido a un delfín y hacía como si surfeara, Arturo se subió a un árbol y cuando la gente pasaba dejaba caer el brazo como muerto, otra se metió dentro de una papelera en plan contorsionista...y así un montón de curiosidades.
...Pero lo más curioso fue lo que nos dijo el profesor. Había gente que se había dado cuenta de que éramos un grupo de teatro pues muchos de nosotros llevábamos la camiseta de la obra de ese año, pero había gente que no, pero que se habían dado cuenta de que él nos vigilaba y le habían ido a preguntar. Y lo que nos dijo fue que les había dicho que éramos unos cuantos locos del psiquiátrico de la calle Barcelona (ahora ya no existe pues fue trasladado hace poco) y que él era nuestro vigilante, que no se preocupara la gente pues éramos de los más tranquilos y menos peligrosos y que por eso, una vez al mes, nos dejaban salir del centro para dar una vuelta por el parque y que había policía vestida de civil vigilando también por si acaso :P

1 comentario:

GuSiLuNa dijo...

Siempre he sabido que estabas loca de atar XDD. A ver si la próxima vez que te dejen salir al parque podemos ensayar un poquito :P