martes, 21 de agosto de 2007

En bici.

...Nunca he sido capaz de ir en bici normal, en tandem y en las dobles que parecen carritos, sí, como narré en la anécdota de los zapatos y se debe a lo siguiente.
...De pequeña siempre mi hermano mayor me llevaba "de paquete" en su bici cuando yo no iba con él y mi abuela al parque en patines, pero conforme fui creciendo y ganando peso a mi hermano le costaba más, hasta que decidió que ya "estaba muy gorda" (eso es amor fraterno y lo demás son historias) como para llevarme.
...Más adelante fui a Lérida con mis tíos y mi prima y una vez fuimos a pasar la tarde al parque principal de allí, "Els Camps Elisis" y como mi prima tenía bici aproveché para aprender. Mi tío me decía que me arrimara a un árbol y me subiera y luego le diera al pedal y así cogería ímpetu, pero no me funcionaba, así que decidió empujarme por detrás y dar la vuelta conmigo (o eso creía) porque di toda la vuelta al parque y al subir un puentecito vi a mi tío al otro lado, sobre las toallas donde estábamos antes de empezar el paseo en bici. Yo, para mis adentros pensé.. no puede ser, mi tío está detrás, pero al girarme y ver que no estaba perdí el equilibrio y caí al suelo y desde entonces algo psicológico debió quedarme porque ya no he podido ir en bici y eso que he ido al parque con amigas y he alquilado bici para aprender y como mucho daba tres o cuartro pedaladas rectas hasta que se me giraba el manillar o vete a saber qué y volvía a caer. Al menos, conforme me iba haciendo mayor ya no me caía al suelo sino que podía parar a tiempo con el pie, pero poco más en claro saqué de esas experiencias.
,,,Hay que decir que mi hermano se ofreció a venderme su bici para que fuera al parque y aprendiera, pero viviendo en un tercero con principal y sin ascensor (hasta ahora que lo están poniendo) como que la idea de bajar y subir la bici no me atraía y menos sin saber ir en ella, aparte del hecho que me quisiera vender la bici y no dejármela,pero claro, es lo que tiene el amor fraterno :P

1 comentario:

Ghanima Atreides dijo...

Siempre lo he pensado, y cada vez observo a mi alrededor que tengo razón, aunque gracias a quien sea, no he observado síntomas de que en la mía suceda (claro que a lo mejor necesito revisarme de nuevo la vista): no hay nada más peligroso para nadie, que la propia familia. (Ya te contaré... ufff)